miércoles, 23 de diciembre de 2015

2312

No tengo recuerdos de alguna navidad que haya sido buena para mí.
Pero sí recuerdo esa vez, hace 12? 13? años atrás, aproximadamente.

Aún vivía en España con mi mamá. Mi abuela nos fue a ver para las fechas. Recuerdo con lejanía la felicidad que sentía, lo mucho que disfrutaba la fecha. Era navidad y eso de dos semanas después era mi cumpleaños y al día siguiente, era Reyes.

Me gustaba mucho como era Córdoba en Navidad. El invierno mantenía la ciudad con una temperatura exquisita. Allá además de ser un país muy religioso, es un país muy tradicionalista y familiar, entonces el "espíritu" navideño abundaba en todas partes. El centro, por no decir toda la ciudad porque no estuve jamás en toda la ciudad, estaba lleno de decoraciones en los postes, los árboles, las plazas, los edificios, el comercio, todas partes. En algunas partes habían carruseles, Papás Noel, esculturas de renos, vendían galletas y miles de cosas con la temática navideña.

Esa vez, mi abuela paterna que estaba en Chile me mandó la muñeca Rosalba. Yo soñaba con ella, así que fui infinitamente feliz. En sí, en esos años, aunque estuviera consciente de todo y detestara muchas cosas y mi pena comenzara a aflorar, era muy feliz. Pero porque era una niña que aún no perdía ese toque de niñez y de inocencia.

Y quizás por eso odio la navidad ahora de más grande, con casi 20 años en el cuerpo.

Porque añoro el ser feliz y ser tan miserable, me trae odio a fechas o situaciones que deberían traerme tranquilidad.


Lo único que espero, es no estar mucho más aquí.

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