sábado, 7 de marzo de 2015

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Qué terrible estar tan triste que esa misma tristeza te duele.
Es una tristeza profunda y agresiva, es una tristeza que te pasa del vacío a las lágrimas en segundos.

De esas tristezas que no se van aunque las ignores, de esas tristezas que te agarran para no soltarte.
Esas tristezas que buscan el más mínimo factor a su favor para destruírte un poco más de lo que ya estás, que te drenan toda alegría y felicidad de la vida.

Terrible es tener de esas tristezas.
Pero más terrible es perder ante ella.

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